martes, 17 de marzo de 2015

La Sabiduría Interior (Primera Parte)

¿Porqué escuchar a Dios afuera si lo podemos escuchar adentro?

“Y el niño se quemó la mano y rápidamente la retiró del fuego. Y la salvó”

“Y el erudito se quemó la mano, y después de razonar sobre el dolor y el fuego encontró que donde antes había una mano ahora sólo había un muñón lastimado”.

Voy a intentar describir la diferencia entre lo que es la sabiduría y lo que es el conocimiento. Quien escribe esto es un aprendiz, como quizás lo seas tú; pero si algo de valor puede aportarte, estará muy contento de hacerlo. Porque es compartiendo como recibo, y probablemente tu sabiduría me alcance.

Expondré brevemente algunos conceptos. Si algo en tu interior te dice que hay algo de valor en ellos para tu vida interior, talvez quieras continuar leyendo los pequeños apartados más específicos que compartiré enseguida. Si en tu interior existe rechazo a este mensaje, te pido de favor que lo deseches sin miramientos: aquí no habrá nada de valor para ti.

La Sabiduría de Dios está en Ti. El Amor de Dios está en Ti.


Todos nosotros somos parte del mismo Espíritu. Todos nosotros somos parte de la misma Vida. El Flujo de la Vida corre a través de todos nosotros y nosotros fluimos dentro de su movimiento. Somos parte ineludible de Él. Él es parte de nosotros. Somos UNO. Así que las leyes de su Sabiduría y de su Amor están siendo recitadas a coro, infinita y perpetuamente a través de toda su creación. Porque Él es todo. Y porque Él es Amor y Sabiduría.

Así como el agua fluye a través de todo el río sin que seas capaz de separarlos, o de concebir el río desprovisto de agua, así también el Amor y la Sabiduría corren a través de toda la Creación de Dios sin que puedas separarlos de ella.

Mi hermano. Mi hermana. Esta es la primera cosa que quiero poner de relieve. La sabiduría de Dios se observa en la vida misma. Nosotros debemos observarla en nosotros y los delfines deben observarla en los delfines. ¿Estoy desestimando el valor de los libros sagrados? No. Los libros sagrados lo son porque lograron plasmar en palabras la naturaleza de la verdad más profunda (tanto como pudieron, porque es imposible hacerlo) o el camino que nos llevará a la experimentación de esa verdad (esto es más fiable; quizás se quedarían cortos a la hora de describirlo que se consigue en la meta, pero pueden mostrarnos el camino con toda claridad y hasta enseñarnos a andarlo). Pero primero se ha observado. Primero se ha vivido.

La vida debe ser primero que la letra, porque de esta manera la letra será sabia.
Cuando la letra se antepone a la vida, el resultado es una vida torcida.
Es fundamental reconocer que la Sabiduría está dentro de nosotros. Resulta fundamental reconocer que somos Amor. Así que aquí entra en juego un aspecto interesante.

Si somos amor y sabiduría, ¿Porqué me siento tan ignorante y tan poco amoroso? ¿No es esto una contradicción? Podemos pensar que esto es tan ilógico como pensar que el agua carezca de humedad. Yo estaría de acuerdo. Pero pensar en esto no nos aprovecharía en absoluto así que lo dejaré de lado. Como debemos dejar de lado todas las cosas que no entendemos y que nos hacen daño. No es necesario entender todo. Y dado que el instrumento que usamos para intentar entender es la mente (que juega al dime que te diré, tesis- antitesis), me atrevo a decir que no sólo no es necesario entender todo; sino que es imposible entender todo. Pido al Espíritu que nos sostiene que nos de el valor para no desperdiciar nuestro tiempo.

¿Porqué siendo Amor y Sabiduría me siento tan ignorante y tan poco amoroso? Porque no me conozco. Porque he perdido el contacto conmigo mismo, y porque al perder el contacto conmigo mismo he torcido mi vínculo con la Fuente.

Es posible que ya hayas escuchado esta metáfora, si es así, agradezco la amabilidad con la que me escuchas: Alguien que observaba a un elefante de circo notó que este permanecía en su lugar atado por una pequeña estaca que podría arrancar fácilmente con sus fuertes patas. Al preguntar cómo esto era posible, le respondieron que la estaca no siempre fue demasiado débil para el elefante; al elefante lo ataron a esa estaca desde que era un bebé, cuando ciertamente no podía arrancarla y escaparse. Así que aprendió a base de repetición y doloroso fracaso, que era imposible arrancar esa estaca; y ese patrón de conducta se estableció en él como algo permanente incluso ahora que es grande y fuerte.

Es posible que hayas escuchado esto de labios de alguien que quería inspirarte con un discurso motivacional. Aunque la metáfora puede ser usada para eso, es otra cosa la que yo quiero poner de relieve.
El bebé elefante “fue educado” desde pequeño para desconocer su poder.
De la misma manera el bebé humano “fue educado” para desconocer su sabiduría y su amor.

Puede resultar difícil reconocer que el gran elefante no arranque la estaca; quizás tanto como reconocer que los hijos de la Sabiduría y el Amor se sientan contaminados porla ignorancia y el odio. Resulta difícil explicarnos esta situación hasta que reconocemos que fuimos educados para alejarnos de nuestro interior.

El daño está hecho. Esto hay que aceptarlo.

Ahora, habiéndolo aceptado, vienen las buenas noticias. Si queremos convertirnos en una fuente de bondad para los demás, no tenemos que crear esa fuente. Porque “somos” esa fuente. Lo único que tenemos que hacer es quitarnos la venda de los ojos. Desaprender lo que nos ha alejado de nuestra realidad interior es el primer componente de la receta. Fortalecer el vínculo con nuestro Espíritu practicando otras habilidades es el segundo componente de la receta.

Sólo quitarnos la venda de los ojos.

                                                                  El Loco

3 comentarios:

  1. Maravilloso, como todo lo que escribes.
    Suscribo cada palabra.
    Gracias...un fuerte abrazo

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  2. soy tu fan Loco, tus palabras están llenas de sabiduría :D

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  3. Doy gracias por haberte encontrado y poder escuchar tus bellas y sabias palabras que llegan a las profundidades del alma, mas de lo que podemos entender.

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