martes, 17 de marzo de 2015

La Sabiduría Interior (Tercera Parte)

LA MENTE CONTEMPLANDO AL ESPÍRITU.

Una mente educada permite al Espíritu fluir con libertad.
Una mente descontrolada impide al Espíritu fluir con libertad.
Así que lo que quiero decir es esto: una mente desbocada no es una mente libre. Nuestra visión debe ser holística y no limitada.

Dicho de otro modo:
Un Espíritu libre requiere de una mente disciplinada.

¿De qué valdría la libertad si ejecutáramos actos cuyas consecuencias nos van a esclavizar a la miseria y el dolor? Antes de responder cualquier cosa, por favor recordemos que ésta no es una pregunta hipotética. Ése es precisamente el estado actual de toda la humanidad: Todos nosotros disponemos efectivamente de libertad para hacer lo que queramos (aquí y ahora) y sin embargo nos sentimos esclavizados por las circunstancias que nos han creado nuestras acciones (voluntariamente elegidas).


Vivimos en un mundo en el que podemos elegir lo que queremos hacer, pero regido por leyes que no podemos transigir. Leyes como acción-consecuencia, o “lo que das recibes”. Entonces, podemos elegir lo que hacemos, pero la repercusión de nuestros actos dependerá de la ley que hayamos tocados con ellos.
Por ejemplo, podemos elegir saltar desde la cima de un edificio, pero difícilmente podríamos elegir sustraernos a la ley de la gravedad. Lo más seguro es que si nos arrojamos desde la cima de un edificio nos estrellemos contra el piso. Podemos elegir gritarle a la gente, pero no podemos hacer que no nos respondan.

Todos estos comentarios fueron sólo para poner el asunto de la libertad en un nivel más real, lejos de las divagaciones filosóficas.
Pero como estamos hablando del camino espiritual, hablemos entonces del tema que nos atañe, y con el que abrí este capítulo.

El Espíritu “ES” efectivamente libre, aquí y ahora; así como el agua es siempre húmeda y fluida. Pero así como al agua se le puede poner un dique para impedirle fluir libremente, así también al Espíritu se le puede poner un dique. El dique del Espíritu es la mente. Así que aquí no hay términos medios. O el Espíritu disciplina a la mente, o la mente esclaviza al Espíritu.

La mente es un instrumento hecho para ser pasivo, no activo. Es decir, la mente debe “observar” y “percibir” al Espíritu; no definirlo, ni hacerlo encajar dentro de sus conceptos. De esta forma se convierte en una amiga del Espíritu, y no en una rival.

Permíteme un ejemplo. Vas de vacaciones a un lago y al poco rato de estar ahí, ves a un niño correr a toda velocidad, escapando de otro mientras grita como enloquecido. ¿Qué es lo que pasa? Puedes interpretar varias cosas:
Están jugando.
El segundo efectivamente quiere golpear al primero.
Te invitan indirectamente a que los regañes por su mala educación.
Quieren molestarte
Sus padres quieren molestarte
El universo conspira para arruinarte las vacaciones, etc.

Lo cierto, es que viste a un niño correr a toda velocidad, escapando de otro mientras grita como enloquecido. Todo lo demás es una interpretación de tu mente, que está condicionada por lo que cree, lo que te ha pasado, lo que le ha pasado a tus amigos, y hasta por tu estado de ánimo.

Este es el primer aspecto para hacer de la mente la amiga del Espíritu: sólo observa, no juzga. Sólo percibe, no explica. Está presente en la realidad, no está ausente en los conceptos.
Entonces, el primer punto es que la mente, al igual que los ojos, está hecha para observar. No para molestarse porque la Realidad es diferente de lo que le enseñaron.

Si soportas un comentario más acerca de experiencias en estados de “conciencia acrecentada” te platicaré que algunas personas se espantan al verse separados de sus conceptos, o se pelean con el Espíritu porque no coincide con lo que su mente les ha dicho que “debe” ser el Espíritu, o definitivamente deciden enredarse en su mente en lugar de detenerse un momento a observar. Y todo ello, a pesar de que el Espíritu es hermoso y amoroso. Todo a ello a pesar de que están experimentando una paz y un amor indescriptibles. Pero al mundo del Espíritu no puedes entrar con una mente llena de conceptos acerca de lo que las cosas deberían ser. ¿Qué es el “debería” ser?, la negación de lo que “ES”. Y como el Espíritu sencillamente “ES” pues entonces no hay vuelta de hoja. Y no importa si nuestros conceptos son exactos desde el punto de vista explicativo, no “son” el objeto observado (en este caso el Espíritu), y por lo tanto salen sobrando. Es como poseer la colección de libros más detallada y extensa acerca del agua: no importa lo exacta, sublime y cierta que sea, no podría quitarte la sed en el desierto. Percibir al Espíritu implica dejar afuera la mente. Por eso todas las disciplinas meditativas coinciden en la necesidad de educar a la mente. Como el Espíritu está presente en todo, lo único que se necesita para verlo es una mente que deje de proyectar mentiras.

¿Recuerdas la parábola del camello pasando a través del ojo de una aguja? No creíste que el Maestro estaba descalificando a la gente sólo por tener dinero ¿verdad? (de la misma manera que no la descalificaría sólo por no tenerlo). No podemos pasar al“Reino de los Cielos” cargando todo lo que hemos “acumulado” en la vida (creencias, prejuicios, preconceptos, teorías, miedos, deseos, conocimientos,libros, etc).

Así que muy sencillo: dejamos afuera toda nuestra “riqueza” mental, lo que hemos acumulado; y entonces entramos al mundo del Espíritu que es siempre nuevo, fresco y libre…Bienvenido de vuelta hermano.

Bebe el agua, no la leas. Primera forma de hacer que la mente sea amiga del Espíritu: observa, no creas.

La mente humana no sólo es capaz de percibir, sino también de recordar y hacer que lo que ha aprendido tome forma en un sistema capaz de ser enseñado. Esto puede serno sútil siempre y cuando respetemos la primera regla que hemos mencionado antes. Es decir si un concepto choca con la Realidad, siempre hemos de preferir la Realidad. Entonces, lo que digamos, escribamos o comuniquemos de cualquier forma estará en consonancia con la Realidad del Espíritu y podrá ayudar a nuestros hermanos; aunque es necesario repetir que siempre serán ellos los que tendrán que experimentar la Realidad. De esta forma, tienes la garantía de que lo que dices está en consonancia con el Espíritu (porque lo observó o se sumergió en Él, y no se peleó con Él). Darás testimonio del agua y no de los libros. Aúnasí nuestro hermano tendrá que beber, porque el agua que bebemos nosotros no le quita la sed a él.

Dos venenos contaminan a la mente humana en su camino a convertirse en una amiga del Espíritu (y nuestra) en lugar de en una enemiga.

El primer enemigo es el miedo.
“Hijo no salgas a la calle porque te va a llevar el roba-niños”
“Adopta mis creencias y haz lo que yo te digo porque si no lo haces vas a ir al infierno”
“Si muestras tus sentimientos los demás sabrán que eres débil y te van a destruir”
El miedo como enemigo significa que hay cosas que dejamos de hacer para evitar algo que nunca hemos visto, y que quizás nunca veamos.

El miedo se basa siempre en una mentira. Es un guardián de fantasía, y por eso es un enemigo tan formidable: como no es real, nos imaginamos que si hacemos lo que queremos hacer, algo horroroso y desproporcionado nos va a pasar.
Si hay algo bueno para nosotros y bueno para los demás que dejamos de hacer por temor a las consecuencias, o a lo que dirán los demás, (o a cualquier cosa que honestamente calificaríamos de fantasía si fuese otro el que no lo hiciera) entonces estamos esclavizados por el miedo.

La mente se limpia del miedo haciendo aquello que tememos.
De esta forma limpiamos nuestra mente de las mentiras que nos han inculcado y que detienen la expresión de nuestra libertad y felicidad interiores.

El segundo enemigo esla necedad.
“Tú has todo lo que quieras, que al fin y al cabo Dios está presente en todo”
“Comamos y bebamos (y otras cosas, de forma irresponsable) que mañana moriremos”
“Pues sí, fulano se murió cuando se lanzó del puente, pero yo tengo que ver qué me pasa a mí”


El miedo coarta nuestra libertad al convencernos de no hacer algo para evitar un mal que existes ólo en nuestra mente.
La necedad nos hace seguir haciendo cosas que nos dañan.

Por ejemplo, una persona con miedo dejaría de ir a una fiesta para evitar irse al infierno (o degenerarse, o que se burlen de ella, o lo que sea).
Una persona necia se reiría de ese proceder, por considerar tonto temer a algo inexistente (lo que se basa en un pensamiento lógico, aunque mal expresado), pero en la fiesta se pondría una tremenda borrachera (ya que de todos modos no hay infierno que temer), sin reparar en las consecuencias de sus actos (una terrible cruda) que le traen sus acciones.

Considero invaluables los mensajes de quienes han enseñado a vivir más allá del miedo y la mentira. Considero necesario añadir que si queremos vivir felices debemos liberarnos también de la necedad.
El guerrero espiritual debe quitarse los miedos que lo atan, pero también debe evitar la necedad que lo hace caer en acciones que lo dañan.

Si has vencido en tus batallas es porque has peleado en lugar de retroceder. Si eres invencible es en virtud de tu habilidad y no de tu arrogancia.
El guerrero debe manifestar las cualidades de la fortaleza y el valor para vencer al enemigo del miedo. El guerrero debe manifestar también las cualidades de la humildad y la flexibilidad para vencer al enemigo de la necedad.

¡Más allá del miedo que nos esclaviza! ¡Más allá de la necedad que nos trae sufrimiento!
Hacia la libertad que nos pertenece. Hacia la felicidad que merecemos.
Una mente que observa y que se libera de los dos venenos está más allá del dualismo.
Y conoce mejor, sinnecesidad de juzgar.

Tú ya conoces esta Realidad. Re-conócela ahora:
No todo el que habla de temas espirituales es un hombre espiritual.
No todo el que se niega a hablar de temas espirituales es un hombre materialista.
Lo importante es el contacto con el Espíritu. Y fortalecer el vínculo con Él.

Si el humano no daña su cuerpo, ni su mente. Si el humano no daña el cuerpo ni la mente de los demás. Entonces es un humano a través del cual se está expresando el Espíritu; prefiera lo que prefiera su mente para alimentarse, ella ha reconocido su lugar:
Como Amiga del Espíritu.

Que el fuego del Espíritu nos consuma hasta convertirnos en el mismo Fuego.

Que seamos felices! Que tengamos paz!

Con esto quiero decir:Que tú seas feliz. Que tú tengas paz. Ése es mi deseo.


                                            

                                                        El Loco

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